“De Julieta para Martín: ‘te amo’”. El mensaje leído por el locutor resonó en mi mente y el corazón me dio un salto. ¿Podría tener mi chica la desvergüenza de mandarle un mensaje amoroso a ese imbécil? Tras unos minutos de duda, tomé el teléfono y llamé a la radio. “¿Julieta, fuiste vos?” dejé grabado en la máquina. Tuve suerte. Luego de una segmento musical (tres temas de The Cure seguidos -Lovesong, Boys Don’t Cry y Close to Me), pude escuchar mi propia voz por los parlantes de mi equipo. Triste, me di cuenta lo desesperado que sonaba. Enfermo de ansiedad, subí el volumen y pegué la oreja a la radio. El pronóstico del tiempo no me importaba... Lluvias y más lluvias. Algunas canciones después, la respuesta llegó. La vocecita que tanto me gustaba sólo dijo “Sí”.
martes, noviembre 27, 2007
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