miércoles, diciembre 19, 2007

Proyecto: terminar con la Navidad

Tengo una propuesta: si cada una de las personas que odia la Navidad quema un arbolito o destruye un adorno podremos terminar con esta odiosa celebración para el año 2050. Cada uno tiene que aportar su granito de arena. Les aseguro que valdrá la pena.

lunes, diciembre 17, 2007

El cantante popular

Ponerle La lengua popular a un disco es fuerte. Si no se tienen fundamentos para hacerlo, un respaldo, puede resultar en un gesto soberbio o absurdo.

Sin embargo, Andrés Calamaro tiene con qué. Lejos del populismo o la berretada, sus canciones pueden hablar de amor, amistad, política y cuestiones sociales con un nivel poético envidiable. Además, en su último trabajo demostró que puede escribir grandes canciones sin estar atormentado por los excesos.

El sábado y domingo pasados, el ex Los Rodríguez se presentó en el Club Ciudad de Buenos Aires ante 30 mil personas cada día. Repasó los temas de La lengua y viejos e inolvidables hits.

Tras la presentación de la banda española Fito & Fitipaldis, Andrés abrió el recital con El Salmón, tema que es como una declaración de principios. Con guitarra en mano y campera de cuero, Calamaro dejó en claro de entrada que el concierto iba a tener un perfil rockero.

Luego vendrían Los chicos, emotiva canción que abre La lengua popular, Tuyo siempre, Mi gin tonic, la bella Todo lo demás también (de su obra cumbre, Alta Suciedad) y Te quiero igual, mezclada al final con No woman no cry, de Bob Marley.

En un recital impecable, hay que destacar la sorpresa de Lo que no existe más, de El Salmón, el tango Los mareados y las estupendas Estadio Azteca y Crímenes perfectos.

El show tuvo como invitados especiales a Cachorro López (productor del disco) en Soy tuyo, Ciro Fogliatta, de Los Gatos, quien participó de una versión de Madison Blues y Fito Cabrales, quien cantó varias canciones con Andrés. La amistad del Salmón con el Indio Solari hizo pensar en una fantasmagórica aparición del último, pero se sabe que vive recluido.

Para el final, Calamaro dejó las canciones que todos querían oír: Loco, Me arde, Alta Suciedad y Flaca. Andrés, de excelente humor, le dedicó el show a Víctor Sueiro, que compartía con él algunos secretos del más allá.

 
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